Unas eran mundanas y sofisticadas, con ropas de adulta, muy elegantes, con trajes de cuidado corte de Balenciaga, Dior, Fath, Givenchy o Balmain entre otros. En la prensa, las modelos para este tipo de mujer eran arrogantes, muy delgadas y muy maquilladas, que rondaban los veinticinco años.
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El otro grupo en cambio, lo formaba mujeres jóvenes, casi adolescentes, de cara redonda y aspecto sano, con melenas sueltas hasta los hombros, o peinadas con una coleta, que podían tener edades difusas entre quince y treinta años, que se vestían con ropas holgadas e informales; vaqueros, pantalones Capri, jerseys anchos, bermudas, faldas amplias, zapatos bajos y bailarinas capezio.
Estilo juvenil americano, 1957. |
Modelo prêt-à-porter de 1955, que usaban tanto señoras como chicas. |
En su vida normal, a Marilyn le gustaba ponerse vaqueros, blusas sueltas o pantalones Capri. |
Chicas americanas vestidas con vaqueros unisex y chaquetas de béisbol. |
Como respuesta a esta nueva necesidad de los jóvenes, en Estados Unidos surgieron modas juveniles inspiradas en fuentes diversas; en la ropa de deporte, en el rock´n´roll, en las nuevas estrellas del cine y de la música, como Elvis Presley, Little Richard o Chuck Berry, quienes no sólo marcaron un hito en la música del momento, sino que también determinaron la moda de sus fans, que querían identificarse con los atuendos de sus ídolos. A la difusión de este fenómeno cultural -también exportado a Europa-, contribuyeron notablemente los discos, la radio y la televisión (inventada en 1947).
Cliff Richard bailando rock´n´roll en 1958. |
En Europa, el germen de la nueva juventud comenzó a gestarse en Francia, a finales de los años 40, con el existencialismo, filosofía que promulgaba al individuo y su búsqueda de sentido a la vida, rechazando los valores tradicionales burgueses. Con este tipo de pensamiento, surge la moda beatnik, que expresaba esa nueva actitud de rebeldía, mediante los jerseys de cuello alto, boinas, pantalones pitillo, vaqueros, zapatos planos y en general, una indumentaria sobria donde predominaba el color negro.
Con todos estos cambios, y la aparición de los nuevos consumidores, la industria del prêt-à-porter se fue haciendo cada vez más fuerte, consciente de que el factor juventud era un nuevo filón para explotar. En Estados Unidos, la técnica de producción de ropa en cadena estaba muy avanzada. Se confeccionaban en serie prendas deportivas que tuvieron gran acogida, disparándose las ventas de vaqueros, que comenzaron a exportarse a Europa, donde la tecnología estaba menos desarrollada.
Así, poco a poco, a lo largo de la década, se gestó lo que ocurrió después en los años 60, cuando llegó la auténtica revolución juvenil. El prêt-à-porter terminó desbancando a la Alta Costura de su elitista trono, para convertirse en el fenómeno de masas que conocemos hoy.
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